No hay nada en este mundo que pueda cambiar tu forma de ser
De sentir,
De pensar,
De querer.
Y de ver las cosas que suceden como tu.
Con tu radiante sonrisa parece que el mundo se arreglara
Que la luz de tus ojos ilumina el camino de los demás
Y que tu poder mental genera adeptos por doquier.
A mi llegaste y supe no eras artificial
De plástico,
De goma
O de alguna composición química.
Sigue allí. Convierte todo lo que tocas el algo valioso
Y el mundo te amará…
Allí estaba yo. En el parque cerca de tu casa. Esperando con ansias tu llegada.
Mientras esperaba por ti, disfrutaba del cielo. Azul como nunca y nubes blancas con formas inigualables.
Los árboles con un verde sin igual. Flores de todos los colores.
Una flor muy especial escogí para ti.
Llegaste y te di la flor que simbolizaba mi forma sencilla de ser pero con un sentimiento inmenso.
Caminamos por ese parque, lleno de magia, de dicha y felicidad.
Agarrados de mano, comentando que eras lo mejor que me había pasado y que siempre contarías conmigo.
Pasamos cerca de unos ancianos que se veía que se amaban como desde el primer día en que se conocieron.
Yo sabía que íbamos a estar el resto de nuestras vidas. Y que ese lugar lo ocuparíamos nosotros…
Cuarenta años después te lleve al mismo parque y ahora era una pareja de jóvenes los que nos veían como nosotros vimos aquellos ancianos que se amaban como desde el primer día que se conocieron…
La sencillez de nuestras vidas nos permite estar siempre cerca de las personas que nos importan, que nos aman…
Iba hacia tu casa con mucho entusiasmo y una cara radiante para demostrarte que te amaría por siempre…
Algo me decía que no me rechazarías, que me ibas a escuchar y comprender que yo era la persona indicada para ti.
¡Te llevaba flores! Algo que la verdad pensé que no haría, pero yo sabía que te gustarían, eran rojas como el color que se me pone la cara al verte…
La vía se me hacia larga, me sentía el único ser caminando sobre la tierra y que tocaría la puerta en la que esperaría una diosa, mi diosa.
Me recibiría con un beso celestial digno de ser grabado en mis recuerdos.
Un abrazo como nunca se ha dado.
Y una mirada directa en la que tus dulces labios soltarían la mejor frase que pueda existir.
Toqué.
Toqué.
Y toqué hasta romper mis nudillos contra la puerta.
Nadie me abrió…
Entre sabanas me pierdo y oculto mi cara debajo de las almohadas,
Con la única intención de que al abrir lo ojos estés allí,
Ocupando ese lado que se hace grande cuando no te tengo para abrazarte,
Para besarte cuando los rayos del sol iluminan la habitación y observar tu primera sonrisa del día.
Y con la intención de tocar tu cuerpo y revolcarnos hasta tener el mejor sexo de nuestras vidas.
Duerme conmigo, despierta conmigo y mi cama será el cielo en la tierra…
Con amor encontré mi corazón que se había escondido…
Con amor logré revivir esa sonrisa llena de felicidad que no había visto la luz…
Con amor mis sueños se hicieron realidad…
Con amor el sexo es mejor…
Con amor sucumbí ante tus deseos…
Con amor te veo desde el cielo…
Entregar todo mi sentir aterra.
Pero tal vez sea la única forma de saber
Lo que sientes,
Lo que ves,
Lo que a través de tus labios no se puede pronunciar.
Y que se forma un nudo en la garganta
Que provoca lágrimas secas en tus ojos.
Cansa. Hasta parece que ha llegado a su fin.
Pero otras acciones me dan a entender que no es así.
¿Y cómo no sospechar de tu sentir si ocultas muchos intríngulis?
Que no se termine, lo que aún no ha empezado.
El tiempo es corto, no se detiene.
Con calma podemos descubrirnos.
Si se destapa la caja del misterio solo lo sabremos tú y yo.
Y venceremos esas barreras que no nos dejan ser feliz.
Quiéreme,
Bésame,
Tómame,
Tu para mi y yo para ti.
Misterios y enigmas existirán
Pero hace excitante esta unión entre los dos…
